tag:blogger.com,1999:blog-8123086668478074592024-03-07T11:14:53.864-08:00DIANOIA PSICOANÁLISIS Y CULTURASergio Hinojosahttp://www.blogger.com/profile/04210146939148525865noreply@blogger.comBlogger10125tag:blogger.com,1999:blog-812308666847807459.post-87034395465069109272010-12-01T01:03:00.000-08:002010-12-01T01:11:56.390-08:00Coraje de mujeres<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjw6gcoceVRUoIcsFDh9RDjlPqGSSRfohLlh5FXxAeKAb_QtQSjHU608yNMa5-FAi_kOwW5AKyHuzdFjudHVrumxWQ2aDjkRPwHdG4jY12J0GFYBc47mBFdHCH3ZT4uIpGMIEysenYYAbE2/s1600/me_magdapen.jpg"><img style="float: right; margin: 0pt 0pt 10px 10px; cursor: pointer; width: 145px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjw6gcoceVRUoIcsFDh9RDjlPqGSSRfohLlh5FXxAeKAb_QtQSjHU608yNMa5-FAi_kOwW5AKyHuzdFjudHVrumxWQ2aDjkRPwHdG4jY12J0GFYBc47mBFdHCH3ZT4uIpGMIEysenYYAbE2/s320/me_magdapen.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5545638968629598242" border="0" /></a><br /><div style="text-align: justify;"><b>Un fragmento interesante, aunque cuestionable por lo que tiene de deslizamiento hacia la fenomenología, es el siguiente texto de J.A. Miller.<br /><br />Mi objección es la siguiente:<br />Que la base de la propiedad sea el falor podemos entenderlo, pero dicha propiedad se extiende al yo (identificaciones incluidas) por lo que las mujeres (y no La Mujer, en el sentido que da J. Lacan a esta expresión) estarían incluidas en el mismo atolladero del amo:</b><br /></div><b><br />El texto:<br /><br />Por Jacques-Alain Miller</b>* <div style="font-size: 13px;"><div style="text-align: justify;"> </div><p style="text-align: justify;"><big><big>Una fórmula radical acerca del <span style="font-style: italic;"> coraje </span>puede decir: las mujeres tienen coraje y los hombres son cobardes. Esto se entiende a partir de la referencia fálica, según se tenga o no el órgano que, en el cuerpo, encarna el significante fálico: los hombres tienen algo que proteger. Un hombre es un dueño. Es esencialmente un dueño; gestionará mejor o peor su propiedad, pero está condicionado por ella. Las mujeres, con respecto a la referencia fálica, no tienen nada que perder. No tener nada que perder puede otorgar un coraje sin límite, aun feroz: mujeres que, para salvar lo más precioso, están preparadas para ir hasta el final sin detenerse, dispuestas a luchar como quieran.</big></big></p> <p style="text-align: justify;"><big><big>Es cierto que el sentimiento de un hándicap puede conducir a la posición de víctima, de queja o de miedo, pero es en la mujer donde se observa la inversión súbita del miedo en el coraje sin límite, cuando se toca lo que se debe respetar; en el extremo, se puede ver a la más miedosa de las mujeres convertirse de pronto en una heroína.</big></big></p> <p style="text-align: justify;"><big><big>La cobardía fundamental de los hombres es que están embarazados por algo que tienen que proteger; eso puede despertar en ellos la ferocidad del dueño amenazado de robo, pero es a los hombres a quienes les gusta negociar, dialectizar, todo eso para proteger lo que hay que proteger; es muy distinto de hablar.</big></big></p> <p style="text-align: justify;"><big><big>Si se plantea respecto de hombres y mujeres lo que Hegel llamaba “lucha por puro prestigio”, que da lugar a un amo y un esclavo, podría parecer que los hombres salen amos y las mujeres se someten, pero no es así. El hombre, aunque pueda parecer que manda, es el esclavo, el siervo. Lo es porque, de manera estructural, el que sale siervo de esa lucha es el que debe proteger algo –en Hegel, supuestamente su vida–. Pero si el sujeto femenino ya ha perdido todo y no tiene nada que proteger, se encuentra en la posición estructural del amo. La voluntad despreciada como insensatez, el capricho, se encuentra del lado de la mujer. Hay una función errática en la voluntad de la mujer. Las mujeres gozan de su voluntad. Así lo reconoce Lacan cuando habla del Deseo de la Madre. El Deseo de la Madre es el capricho, es decir, la voluntad sin reglas, mientras que el Nombre-del-Padre es la autoridad, pero en la medida en que depende de reglas. Y por eso hay un desfasaje: el hombre, amo-siervo, se inscribe en el discurso del amo; los amos hombres son siempre solamente amos de siervos, son falsos amos, como lo denunció Nietzsche. Mientras que la dominación femenina se desprende de un discurso histérico, es decir, de una posición de un amo sin reglas que denuncia al falso amo, él mismo siervo de las reglas.</big></big></p> <p style="text-align: justify;"><big><big>Entonces, para definir una brújula en la cuestión del coraje, hay que fundarse en la relación entre el coraje y la castración. El coraje siempre se ubica en el franqueamiento de la barrera del horror a la feminidad. Hay coraje cuando se franquea esta barrera. El horror a la feminidad lo tienen los dos sexos, pero más los hombres que las mujeres.</big></big></p> <p style="text-align: justify;"><big><big>Entonces también hay una cobardía de las mujeres en el horror a la feminidad, que tiene que ver con proteger su imagen y eventualmente la belleza de su imagen, como última protección antes del horror de la castración. Esta barrera que constituye el culto a la imagen bella, a lo que una supuestamente quiere ser para al menos un hombre –que también hace al culto a la imagen–, es lo que regularmente hace más difícil para las mujeres que para los hombres la palabra pública. La palabra en público significa sacrificar algo de la protección de la imagen, del fetiche de la imagen.</big></big></p> <p style="text-align: justify;"><big><big>La de los hombres es la cobardía bien escondida, son tan cobardes que esconden la cobardía misma, es decir que van a luchar en otro lugar que en la relación de los sexos; en el campo del saber polemizan, subrayan errores de tipografía en las tesis o, más avanzados, cuando están realmente inquietos sobre su virilidad, se vuelven militares. Es lo que el joven Lacan señaló en su texto “La psiquiatría inglesa y la guerra”. Hace esta anotación: “El valor viril que expresa el tipo más acabado de la formación tradicional del oficial entre nosotros –y la tradición militar francesa tiene su peso importante– me ha parecido en muchas ocasiones como una compensación de lo que nuestros ancestros habrían llamado cierta debilidad en la cama”. Es buscar las insignias de oficiales de la virilidad precisamente para huir del otro campo de batalla, del campo de batalla fundamental, del campo de batalla de hombres y mujeres. De tal manera que el coraje sexual es lo mismo que el coraje epistémico, es afrontar el otro sexo en la medida en que lo femenino es el sexo Otro también para las mujeres. Como dice Lacan, la mujer es otra para ella misma.</big></big></p> <p style="text-align: justify;"><big><big>Si uno toma como punto de partida que el fenómeno fundamental es el horror a la feminidad, se entiende que el miedo al padre es algo que cubre ese horror. Es mejor tener miedo del padre para que no se sepa que el horror es a la feminidad, de tal manera que el padre terrible es siempre, una vez que se analiza, una especie de marioneta que viene a recubrir el horror fundamental. La religión nos propuso temer a Dios. Lacan lo analiza en el Seminario 3, respecto de la primera escena de Atalía, de Racine, donde todo gira en torno de realizar la erección de un Otro terrible que tiene la ventaja de recubrir el horror que existe.</big></big></p> <p style="text-align: justify;"><big><big>Eso conduce a considerar el tema de Don Juan. Una gran cuestión es qué es el coraje de Don Juan, si es que hay un coraje de Don Juan. Don Juan supuestamente encarna la figura de al menos un hombre que no tendría ningún horror a la feminidad y que recoge la serie de mujeres, una serie, una fórmula de la suma. Hay algo inquietante en este movimiento de una más, que Lacan interpretó una vez como: finalmente, si continúa buscando, es que nunca encuentra lo que buscaba. Esto supone que Don Juan busca el falo que tendría una mujer y que nunca lo encuentra, y continúa buscando, que busca a la mujer con falo, de tal manera que no tiene miedo. Pero ¿por qué busca a la mujer con falo? Se ve muy bien: busca a la madre, la madre primaria. Por eso Don Juan es una figura opuesta a la del padre; Don Juan es el hijo que toma a su cuenta a todas las mujeres del padre de Totem y tabú, que roba al padre todas las mujeres pero bajo la forma de la serie.</big></big></p> <p style="text-align: justify;"><big><big>La ópera de Mozart, el relato clásico de Don Juan, lo muestra: la historia empieza con el asesinato de un padre y ese padre vuelve al final, el padre muerto; el final de Don Juan es la venganza del padre muerto contra el hijo que ha robado todas las mujeres. Don Juan se dirige a las mujeres con un quizá, quizá ésta va a tenerlo, y clínicamente hay casos de donjuanismo, hay algunos que no sufren de esto, pero hay bastantes que sufren como de un síntoma. En varias ocasiones, como dice Lacan, se constata que en el origen del donjuanismo hay un padre concernido, herido en su potencia; es como una función del padre aminorado y generalmente en pareja con una madre fálica. Finalmente, el supuesto coraje de Don Juan en la relación de los sexos se paga con un miedo fundamental al padre, que puede permitir realizar la alianza del petit Don Juan con la madre fálica.</big></big></p> <p>*Fragmento de Conferencias porteñas 3, Editorial Paidós.</p> </div>Sergio Hinojosahttp://www.blogger.com/profile/04210146939148525865noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-812308666847807459.post-26626647671050051162009-11-29T00:09:00.000-08:002009-11-29T00:28:42.067-08:00Fuera de lugar: el sujeto en la sociedad global<p class="MsoNormal" align="center" style="text-align:center"></p><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large; font-weight: bold; ">FUERA DE LUGAR:</span></div><p></p> <p class="MsoNormal" align="center" style="text-align: left;"><b><span lang="ES"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;">el sujeto en la sociedad global</span></span></b></p><p class="MsoNormal" align="center" style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: x-large;"><b>CARMEN GALLANO. Publicado en Colegio de Psicoanálisis <span class="Apple-style-span" style="font-family: Tahoma, serif; font-size: 12px; font-weight: normal; white-space: pre; "><a href="http://www.colpsicoanalisis-madrid.com/textos.php">http://www.colpsicoanalisis-madrid.com/textos.php</a></span></b></span></p><p class="MsoNormal" align="center" style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:Tahoma, serif;font-size:100%;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 12px; white-space: pre;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" align="center" style="text-align:center"><b><span lang="ES"><o:p><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal; "><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;"><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiBuyl6S9Ct_oiqur_g3jhvYE9W1uzzET_XlMEYEV0Ubp_rj0U0TTO-V7eqQ-Fs6Jgp6NPdp77PVo7Jmh2KqKQe55bB-pL2TgoNw0jH5QInvhUP58PeoGnDswoTRFPriKW8pZtISNDtwL1m/s320/web-identidades-3.jpg" /></span></span></o:p></span></b></p><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;"> </span><p class="MsoNormal" align="center" style="text-align:center"><b><span lang="ES"><o:p><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;"> </span></o:p></span></b></p> <p class="MsoNormal" align="center" style="text-align:center"><b><span lang="ES"><o:p><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;"> </span></o:p></span></b></p> <p style="text-align: justify;line-height: 150%; "><b><i><span lang="EN-GB" style=" line-height:150%;mso-ansi-language:EN-GBfont-family:Arial;color:navy;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">"And to them will I give in my house and within my walls a memorial and a name (a "yad vashem")... that shall not be cut off."</span><span><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;"> </span></span></span></i></b><span lang="EN-GB" style="line-height:150%;mso-ansi-language: EN-GBfont-family:Arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">Isaiah, chapter 56, verse 5)</span></span><a href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="line-height:150%;font-family:Arial;"><span><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family:Arial; mso-fareast-mso-ansi-language:ES-TRAD;mso-fareast-language: ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">[1]</span></span></span></span></span></span></a><span lang="EN-GB" style="line-height:150%; mso-ansi-language:EN-GBfont-family:Arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;"><o:p></o:p></span></span></p> <p style="text-align: justify;line-height: 150%; "><b><i><span lang="EN-GB" style=" line-height:150%;mso-ansi-language:EN-GBfont-family:Arial;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">“Sixty million and more.</span></span></i></b><b style="mso-bidi-font-weight:normal"><i style="mso-bidi-font-style: normal"><span lang="EN-GB" style="mso-ansi-language:EN-GB"> I Will call them my people, Which were not my people; And her beloved, Which was not beloved</span></i></b><span lang="EN-GB" style="mso-ansi-language:EN-GB">. Romans 9:25</span><a style="mso-footnote-id:ftn2" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftn2" name="_ftnref2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-GB" style="line-height: 150%;mso-ansi-language:EN-GBfont-family:Arial;font-size:10.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-GB" style="font-family:Arial;mso-fareast-mso-ansi-language:EN-GB;mso-fareast-language:ZH-CN;mso-bidi-language: AR-SAfont-family:SimSun;font-size:10.0pt;">[2]</span></span></span></span></span></a><span lang="EN-GB" style="mso-ansi-language:EN-GB"><o:p></o:p></span></p> <p><b style="mso-bidi-font-weight:normal"><i><span lang="EN-GB" style="mso-ansi-language: EN-GB">“Remember only that I was innocent<br />and, just like you, mortal on that day,<br />I, too, had had a face marked by rage, by pity and joy,<br />quite simply, a human face!”</span></i></b><span lang="EN-GB" style="mso-ansi-language:EN-GB;font-size:10.0pt;"><br /></span><span><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">Benjamin Fondane, Exodus<br />Murdered at Auschwitz, 1944</span><a href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftn3" name="_ftnref3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-mso-ansi-language:ES-TRAD;mso-fareast-language: ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: medium;">[3]</span></span></span></span></span></a></span><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES;font-size:10.0pt;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">En su sed de abaratar costes de mano de obra y acrecentar beneficios,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>las empresas se “deslocalizan”. <i style="mso-bidi-font-style:normal">Offshoring</i>: tal es el término que viene a sumarse a la serie creciente de significantes-simulacro (“optimización”,”flexibilización laboral “etc.) con los que se disimula lo que realiza el capitalismo del siglo XXI.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Pues lo que las empresas dejan<span style="mso-spacerun:yes"> </span><i style="mso-bidi-font-style:normal">off </i><span style="mso-spacerun:yes"> </span>es cualquier otra ley que no sea la del mercado. La producción ha dejado de localizarse en el<span style="mso-spacerun:yes"> </span>orden jurídico y social generado en el asentamiento de las sociedades democráticas occidentales tras la Segunda Guerra Mundial. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Deslocalización: todo rincón del planeta que pueda escapar a las leyes que limitan la explotación de los seres humanos o de los recursos de la naturaleza, es el nuevo eldorado a colonizar por el poder económico y sin gasto de colonización política. Tres rehenes visibles<span style="mso-spacerun:yes"> </span>hoy, en la lógica de la producción globalizante: los seres humanos, reducidos a material que trabaja, la naturaleza donde no esté aún esquilmada, y la ciencia que saca provecho de ambos. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Los modos productivos de hoy no generan desarrollo alguno para los países pobres-<span style="mso-spacerun:yes"> </span>nadie puede llamarse a engaño- , pues se trata sólo de producir más plusvalía para enriquecer calculadas finanzas: los dólares extraídos del mercado de clientes occidentales no se quedan en los lugares en los que se produce, han de volver íntegros a quienes controlan la producción. Las empresas que publicitan los éxitos de su “deslocalización” no tienen pudor en confesarlo. Un buen ejemplo de este <i style="mso-bidi-font-style: normal">offshoring</i> es<span style="mso-spacerun:yes"> </span>el de la empresa de <i style="mso-bidi-font-style:normal">software </i>“Sea Code” <a style="mso-footnote-id:ftn4" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftn4" name="_ftnref4" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character:footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman";mso-fareast-mso-ansi-language:ES; mso-fareast-language:ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;font-size:12.0pt;">[4]</span></span></span></span></a> , “la patera informática” que ofrece a sus empleados, 600 informáticos de la India, un <i style="mso-bidi-font-style:normal">job </i>en crucero de lujo, estilo <i style="mso-bidi-font-style:normal">Love Boat <a style="mso-footnote-id: ftn5" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftn5" name="_ftnref5" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character:footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight:normal"><span lang="ES" style="font-family:"Times New Roman";mso-fareast-mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language:ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;font-size:12.0pt;">[5]</span></b></span></span></span></a></i>, en el que cobran más<span style="mso-spacerun:yes"> </span>que en la India, pero mucho menos que los informáticos de los USA. Y que ofrece a sus clientes norteamericanos precios inferiores a los de otras empresas, por reducir costes en esta “nave a la deriva”, que sortea la legislación laboral de los países y engorrosos papeleos de inscripción legal de trabajadores inmigrantes. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Otra cara de este nuevo “business model”, es la de esas otras pateras y cayucos, esos <i style="mso-bidi-font-style:normal">Misery Boats </i>, en las que se hacinan los nuevos esclavos contemporáneos. Ya no hace falta capturarlos en las tribus de Africa, ni encadenarlos y azotarlos, tampoco<span style="mso-spacerun:yes"> </span>dotarles de un uniforme para transportarlos en las bodegas de los barcos a las plantaciones americanas del Nuevo Mundo. Las pantallas que exhiben las “riquezas” de la sociedad del simulacro llegan a los más<span style="mso-spacerun:yes"> </span>remotos confines, es un éxito comercial de la sociedad global. Y suscitan que sean los mismos esclavos los que se sientan impelidos<span style="mso-spacerun:yes"> </span>a pagarse<span style="mso-spacerun:yes"> </span>ellos el “trayecto” hacia la sociedad del “bienestar”, para intentar escapar a su destino de ser los segregados del mercado mundial.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Trayecto, que como leemos en la prensa cada día, solo les conduce trágicamente a <b style="mso-bidi-font-weight:normal">ninguna parte</b>, y a ser carne de expulsión. En ese trasiego, - improductivo para los países de origen, ruinosos para los países que no saben como detenerlo, devastador para los humanos arrastrados en él- ,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>se enriquecen otras redes de poder, las mafias . Son las que sacan partido de las travesías imposibles desde los espacios sin fin de la<span style="mso-spacerun:yes"> </span>hambruna, bien reales,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>hacia<span style="mso-spacerun:yes"> </span>los espacios virtuales donde se localizaría la sociedad del bienestar. El tráfico de personas – hay informes internacionales el respecto -<span style="mso-spacerun:yes"> </span>mueve hoy millones de dólares. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Estos nuevos esclavos son los que más realizan en su carne el estatuto del sujeto del discurso capitalista, el individuo como “sujeto de libre empresa”, <i style="mso-bidi-font-style:normal">selfmade man, </i>dejado a su suerte, a la libertad de<span style="mso-spacerun:yes"> </span>“hacerse a si mismo”, pero a sus solas expensas, capturado en las redes de un sistema que de la pérdida humana hace su provecho y que navega sin brújula hacia ninguna parte . Los otros, los insertados como trabajadores en las sociedades occidentales, saben que no tienen más libertad que la de aceptar condiciones laborales cada vez más precarias y menos reguladas, ni encuentran más norte que el de mantener un mínimo poder adquisitivo de bienes de consumo.<span style="mso-spacerun:yes"> </span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Al que está expoliado de todo, -<span style="mso-spacerun:yes"> </span>es lo que ya vió Marx- ,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>solo le queda su cuerpo. Pero ya no está<span style="mso-spacerun:yes"> </span>asegurado<span style="mso-spacerun:yes"> </span>que como en el capitalismo de tiempos de Marx pueda vender su cuerpo como fuerza de trabajo. Sobran cuerpos al mercado mundial, pues las arcas capitalistas no están destinadas a nutrir cuerpos. Solo los cuerpos que consumen objetos del mercado, y que se insertan en individuos–clientes, interesan para relanzar la producción. Para el Amo antiguo, encarnado en personas y bien localizado en la historia del colonialismo,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>la piel de un negro muerto no valía nada. Para el Amo deslocalizado ,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>invisible e inatacable de las incontroladas redes de poder del tardocapitalismo, hasta la piel de un blanco vivo vale poco si no consume productos cosméticos…Pero están también esos otros cuerpos que no rentan como consumidores, pero<span style="mso-spacerun:yes"> </span>que sirven para ser consumidos como objetos de goce. Según la ONU, cuatro millones de mujeres y dos de menores son traficados o explotados en negocios sexuales de todo el mundo. Es el tercer negocio más boyante tras el de las armas y la droga<a style="mso-footnote-id:ftn6" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftn6" name="_ftnref6" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character:footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman";mso-fareast-mso-ansi-language:ES; mso-fareast-language:ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;font-size:12.0pt;">[6]</span></span></span></span></a>. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">No es difícil reconocer en estos negocios,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>imparables, por mucha declaración de derechos humanos que los gobiernos sigan proclamando, las dos vertientes de la pulsión que Freud señaló como irreducibles a la cultura: la <b style="mso-bidi-font-weight:normal">pulsión de muerte</b>- en guerras y en atrocidades contra el medio ambiente cometidas por los humanos en su ansia de poder - y ese residuo ineliminable de la <b style="mso-bidi-font-weight: normal">pulsión sexual</b> que sale a la luz en esos goces disidentes de los derechos humanos y de la salud de los individuos.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Rentan esos goces en los que el sexo se reduce a violencia sobre mujeres y niños que en sus cuerpos encarnan un objeto de consumo sexual. Renta el consumo de drogas, como renta el tráfico de armas.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Las redes de Internet son vehículos difíciles de controlar que contribuyen a la comodidad de esos comercios a-legales del goce y la muerte. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">En el capitalismo, la condición del del sujeto, está reducido a la<span style="mso-spacerun:yes"> </span>de “productor”- en los inestables mercados laborales-<span style="mso-spacerun:yes"> </span>y al de “consumidor de objetos –consumido como objeto ” en los multiformes mercados de los goces. Incluso a los antes llamados “usuarios”, cuando aún los gobiernos aseguraban los servicios públicos, hoy los administradores de la política neoliberal los llaman “clientes”, de servicios que son cada día más “subcontratas” (el <i style="mso-bidi-font-style:normal">sub </i>designa bien a qué se reducen hoy las lógicas contractuales, en esos <i style="mso-bidi-font-style:normal">trades</i>) . Bien señala John Berger que<span style="mso-spacerun:yes"> </span>“los clientes se definen por el sitio en el que compran y pagan, no por dónde viven y mueren”, y que “las marcas y los logotipos son los toponímicos de Ninguna Parte”<span class="MsoFootnoteReference"> <a style="mso-footnote-id:ftn7" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftn7" name="_ftnref7" title=""><span style="mso-special-character:footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman";mso-fareast-mso-ansi-language:ES; mso-fareast-language:ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;font-size:12.0pt;">[7]</span></span></span></a></span>. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">¿Cómo se ha generado ese deslocalizado estatuto de la subjetividad contemporánea?.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Para entenderlo, conviene examinar cómo se han trastocado el espacio y el tiempo que determinan a los sujetos de hoy. A este respecto,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Miguel Castells define que el espacio actual está hecho de la yuxtaposición de <b style="mso-bidi-font-weight: normal">conexiones globales con desconexiones locales</b>. Propone el término de <i style="mso-bidi-font-style:normal">espacio de los flujos </i>para definir el sistema tecnológico que permite, sin instituciones políticas globales de control,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>el funcionamiento del poder capitalista y el disfrute de los resultados de ese poder. <b style="mso-bidi-font-weight: normal">Pero es un espacio que no está en ninguna parte localizable</b>. “En cambio, para la mayoría de la gente su vida sigue siendo local más que global , y su experiencia se construye a partir de su localidad” <a style="mso-footnote-id: ftn8" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftn8" name="_ftnref8" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character:footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman";mso-fareast-mso-ansi-language:ES; mso-fareast-language:ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;font-size:12.0pt;">[8]</span></span></span></span></a> . Es en lo local de su vida que los sujetos experimentan la desconexión con los otros y el extravío de su identidad en la ruptura de lo vínculos sociales. Pero hay un factor añadido: la<span style="mso-spacerun:yes"> </span>consecuencia de la traslocación del espacio sobre<span style="mso-spacerun:yes"> </span>el tiempo. Pues ya no rige el pautado tiempo cronológico que instaló la Revolución industrial<a style="mso-footnote-id:ftn9" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftn9" name="_ftnref9" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character:footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman";mso-fareast-mso-ansi-language:ES; mso-fareast-language:ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;font-size:12.0pt;">[9]</span></span></span></span></a>, sino <b style="mso-bidi-font-weight:normal">un tiempo atemporal por eliminación de la secuencia</b> . La secuencia desaparece por la aceleración de los procesos, y por la compresión del tiempo al no haber diferenciación de momentos, ni intervalos. Lo cual conviene a la circulación del capital. “Pero también la secuencia puede desaparecer por hacerse impredecible y aleatoria…la vida más o meno predecible se diluye en una vida de situaciones particulares sin secuencia temporal”.<a style="mso-footnote-id:ftn10" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftn10" name="_ftnref10" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character:footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman";mso-fareast-mso-ansi-language:ES; mso-fareast-language:ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;font-size:12.0pt;">[10]</span></span></span></span></a><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Las actuales deslocalizaciones del espacio y la contracción del tiempo a<span style="mso-spacerun:yes"> </span>inmediatez de instantes sin intervalos, revelan lo<span style="mso-spacerun:yes"> </span>astucioso del discurso capitalista en extender la circulación del capital y comprimir el tiempo financiero. Son propicias al crecimiento de las plusvalías. Pero mal pueden entenderse sin la transformación que la Ciencia ha operado en el espacio y por ende en el tiempo. Lacan ya señaló en 1960 que “el silencio de los espacios infinitos que aterraba a un Pascal, ha palidecido detrás de las letras de las ecuaciones de la física y las matemáticas, más seguras para soportar la ecuación del universo…con lo cual el silencio de esos espacios no tiene ya nada de aterrador”.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Espacios, además, poco vacíos al estar habitados por consumidores de objetos de la industria:<span style="mso-spacerun:yes"> </span>“hemos empezado a vaciar en ellos nuestra basura , entiéndase a convertirlos en esa fosa de desechos que es el estigma de la <i style="mso-bidi-font-style:normal">hominización </i>en el planeta “<a style="mso-footnote-id:ftn11" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftn11" name="_ftnref11" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character:footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman";mso-fareast-mso-ansi-language:ES; mso-fareast-language:ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;font-size:12.0pt;">[11]</span></span></span></span></a>. Fosa de desechos que han agostado nuestros ríos y mares, pero que alimenta nuevas rentabilidades en el reciclaje de restos de la basura humana. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Lacan definió el espacio fabricado “con las minúsculas<span style="mso-spacerun:yes"> </span>letras de la Ciencia”, que no está en ningún sitio, - y<span style="mso-spacerun:yes"> </span>es en el que prosperan las invisibles redes del capitalismo - como <b style="mso-bidi-font-weight:normal">los surcos de la aletosfera . </b>Son el efecto de la verdad formalizada en el saber de la Ciencia, que gana terreno a lo real y que produce esos nuevos objetos, los <i style="mso-bidi-font-style:normal">gadgets </i><span style="mso-spacerun:yes"> </span>a los que se enchufarán los cuerpos de los humanos <span class="MsoFootnoteReference"><i style="mso-bidi-font-style:normal"><span style="mso-spacerun:yes"> </span><a style="mso-footnote-id:ftn12" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftn12" name="_ftnref12" title=""><span style="mso-special-character:footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><b style="mso-bidi-font-weight:normal"><span lang="ES" style="font-family:"Times New Roman";mso-fareast-mso-ansi-language:ES;mso-fareast-language:ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;font-size:12.0pt;">[12]</span></b></span></span></a></i></span>. Además, nuestra época, no sólo experimenta la incidencia del progreso de la Ciencia en las<span style="mso-spacerun:yes"> </span>aplicaciones tecnológicas que hacen crecer la producción capitalista, y el mercado de los <i style="mso-bidi-font-style:normal">gadgets </i>sino que también<span style="mso-spacerun:yes"> </span>se resiente del desbaratamiento de todas las estructuras sociales que la conexión Ciencia-Capitalismo no cesa de producir. Baste con señalar que la reproducción ya no necesita pasar por la copulación sexual hombre-mujer, y como<span style="mso-spacerun:yes"> </span>crece el mercado de hijos no biológicos, por las demandas de adopción que aumentan, a pesar de lo caro del precio, incluso<span style="mso-spacerun:yes"> </span>en quienes no configuran familias conyugales. Cosa que nadie puede deplorar en un mundo en que crecen también en esas <b style="mso-bidi-font-weight:normal">fosas de desechos de humano, </b>tantos pequeños seres, reducidos a objetos sobrantes del goce del Otro. Sobrantes, pues abandonados en esos espacios de segregación, al no haber nacido alojados en lo Simbólico del<span style="mso-spacerun:yes"> </span>nombre de<span style="mso-spacerun:yes"> </span>un deseo que les <span style="mso-spacerun:yes"> </span>pueda dar un destino, un alojamiento inscrito en el deseo de otro no anónimo. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Lacan diagnóstico, justo después del mayo del 68, el fracaso de “las utopías comunitarias”, forjadas por las ideologías revolucionarias marxistas, con las que los hijos de la burguesía del siglo XX trataban de liberarse de la<span style="mso-spacerun:yes"> </span>“alienación”<span style="mso-spacerun:yes"> </span>a las estructuras sociales, aquellas<span style="mso-spacerun:yes"> </span>en las que la familia se hacía portadora de la sumisión del <i style="mso-bidi-font-style:normal">Eros </i>de<span style="mso-spacerun:yes"> </span>la vida privada a la <i style="mso-bidi-font-style:normal">Ananké </i>de la vida pública y se sacrificaba a la cohesión de los vínculos sociales tradicionales. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Sin afligirse por ello,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>se dedicó a<span style="mso-spacerun:yes"> </span>extraer de Marx su lectura de los síntomas sociales del capitalismo que tomaba forma después de la Segunda Guerra Mundial, y<span style="mso-spacerun:yes"> </span>a no ignorar los modos de abolición de lo humano de los sujetos , a gran escala , logrados por la maquinación nazi.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Pero ya antes, desde que era un psiquiatra treintañero, prestó atención a los descubrimientos freudianos, a cómo Freud cifraba la gran neurosis contemporánea, de inicios del siglo XX, nacido de la Revolución Industrial, en las condiciones de la familia, ya no acordes a la familia patriarcal.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Vió como<span style="mso-spacerun:yes"> </span>el modesto diván vienés de Freud , se había tornado observatorio de la condición del hombre moderno : un sujeto en conflicto interno entre sus pulsiones y el orden social portado por la familia, que imponía una renuncia al goce, como condición del vínculo social . Freud descubrió que ese <b style="mso-bidi-font-weight:normal">dividido sujeto</b> habitaba otro lugar, deslocalizado, excéntrico a la representación del Yo, un Yo que tomaba su identidad social en la alienación a los significantes Amos organizadores de la vida social.<span style="mso-spacerun:yes"> </span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Ahora bien, el deseo de saber de Freud había tenido una musa: esas primeras histéricas de Freud que en sus síntomas corporales<span style="mso-spacerun:yes"> </span>desenmascaraban la verdad del<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Padre-Amo de su época. Fueron las histéricas, portadoras del deseo del padre en su amor por su padre, las que le condujeron, por los caminos significantes del inconsciente, a leer el saber de lo sexual de la causa del padre, cifrado en síntomas en el cuerpo de la hija.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>De la mano de sus histéricas, Freud se adentró en el laberinto del inconsciente<span style="mso-spacerun:yes"> </span>que rodeaba lo real traumático de lo sexual en los cuerpos, las mentes, los afectos. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Las histéricas<span style="mso-spacerun:yes"> </span>dieron a leer a Freud la deslocalización del sujeto, en <b style="mso-bidi-font-weight:normal">esa Otra Escena del inconsciente (eine Andere Austplatz)</b> ,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>dibujada enigmáticamente en el cuerpo sufriente : la localización de la reprimida verdad particular , que determina , sin que un sujeto lo sepa, sus acciones o inacciones. Con lo que le enseñaron los neuróticos de inicios del siglo XX, Freud<span style="mso-spacerun:yes"> </span>teorizó los avatares de la identidad subjetiva en los vínculos sociales<a style="mso-footnote-id:ftn13" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftn13" name="_ftnref13" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character:footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman";mso-fareast-mso-ansi-language:ES; mso-fareast-language:ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;font-size:12.0pt;">[13]</span></span></span></span></a>: que una identidad siempre se define en relación con otro, y con el discurso del Otro, con otro que no es el mismo, y que sin el Otro, no hay identidad que dé sentido a la vida de nadie , que cifre el sentido de un deseo en la<span style="mso-spacerun:yes"> </span>cadena temporal de una historia. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Freud fue el primero<span style="mso-spacerun:yes"> </span>que definió la subjetividad humana como resultado de la retroacción significante de una historia hecha de huellas de experiencias traumáticas vividas con y por los otros. Dió su lugar <i style="mso-bidi-font-style:normal">Andere</i><span style="mso-spacerun:yes"> </span>a la historia inscrita en el <b style="mso-bidi-font-weight:normal">saber de un inconsciente</b>, legado de los equívocos del decir de quienes “nos dieron la vida”. Y se dedicó a seguir esas pistas significantes del inconsciente, que las histéricas –sus bocas de oro- desgranaban en su hablar sin saber lo que decían, para tratar de deducir, en qué lugar, en relación con el Otro, se fijaba la irrupción sintomática, de goce sufriente en<span style="mso-spacerun:yes"> </span>cada Sujeto. Con el industrioso saber del inconsciente en ejercicio, las histéricas de antaño, gracias a Freud , descendieron de la escena del teatro del cuerpo, cultivada por Charcot en<span style="mso-spacerun:yes"> </span>la Salpetriêre – para forjar el saber freudiano. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Con Freud, Lacan<span style="mso-spacerun:yes"> </span>elaboró su teoría<span style="mso-spacerun:yes"> </span>del sujeto como doblemente causado: por los efectos del lenguaje y por el resto real de esos efectos del lenguaje en el cuerpo, como goce irreducible al lenguaje. Así, pudo concluir que un sujeto es fruto de la transmisión del malentendido, y que ese es el legado de la “farfulla” de nuestros ascendentes que nos da un lugar en ese invento del”humus” humano, para su perennidad de generación en generación, que es el inconsciente. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">El sujeto del que se ocupa el psicoanálisis, al que le dieron<span style="mso-spacerun:yes"> </span>lugar Freud y Lacan, es esa falta, esa tachadura por el efecto del lenguaje, que la histérica puso al puesto de mando del deseo que la liga al Otro. Es el sujeto que, para fracaso de la histérica, el capitalismo luego va a rentabilizar en la rueda de su maquinaria. Ya que en el discurso del capitalista triunfa un saber que rentabiliza<span style="mso-spacerun:yes"> </span>la falta de los sujetos, como falta-en- gozar, como insatisfacción del deseo, para hacer negocio de ella, empujándola a llenarse con los objetos del mercado. Así, el capitalismo le gana la mano a la histérica, excluyendo las cosas del amor y el sexo que son las que a<span style="mso-spacerun:yes"> </span>ella le interesa hacer valer. También la Ciencia le ha ganado en su terreno al sujeto histérico, pues ha logrado que no haya más deseo de saber del Amo capitalista que el saber generado por los científicos.<span style="mso-spacerun:yes"> </span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">La experiencia de un psicoanálisis le descubre a un sujeto- al que se presenta en su “no sé de lo que me hace padecer”, en su “no puedo con lo que se abate sobre mí”<span style="mso-spacerun:yes"> </span>-esa alienación al Otro del lenguaje que le divide en conflicto interior y con el Otro. Le descubre que habita un lugar significante, como sujeto del Otro, y hendido en el Otro, un lugar que ignora localiza la insistencia de su deseo inconsciente , pero que lo deja descolocado , sin saber como satisfacer su deseo y dotarse de un ser en el deseo del Otro. Le permitirá descubrir también, que no todo en él es dependencia del Otro, y que sabe poco de esa “identidad” que es su substancia de hacer pulsional, con la que se separa de lo letal de los imperativos del Otro.<span style="mso-spacerun:yes"> </span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">No hay sujeto que pueda inscribir su existencia sino en un <b style="mso-bidi-font-weight:normal">lugar</b> dado por lo articulado en una<span style="mso-spacerun:yes"> </span>trama de efectos de lenguaje, de palabras de<span style="mso-spacerun:yes"> </span>humanos, y<span style="mso-spacerun:yes"> </span>ese lugar lo confronta traumáticamente a un<span style="mso-spacerun:yes"> </span>cuerpo,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>como otra cosa que organismo biológico. La Ciencia, que tanto puede, nada sabe de esa frontera que en el<span style="mso-spacerun:yes"> </span>surco entre simbólico y real, forja lo erógeno de un cuerpo humano. Es el cuerpo sede de goce, que no conoce ni día ni noche – metáfora de Freud sobre las pulsiones que perturban la homeostasis del goce de la vida de un cuerpo humano - y del misterio del inconsciente del cuerpo hablante. Es el cuerpo humanizado por el latir de un sujeto en él, impulsado a buscar su parte perdida de ser en lo que puede atisbar de goce en los intervalos en los que el Otro se muestra exponente de deseo: mirada, voz, o en los efectos de las demandas del Otro que ha hecho de él su cría,a nutrir , a educar -<span style="mso-spacerun:yes"> </span>objeto oral, y<span style="mso-spacerun:yes"> </span>objeto anal. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Esa intricada<span style="mso-spacerun:yes"> </span>causación de la singularidad<span style="mso-spacerun:yes"> </span>de cada humano,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>hace que nadie pueda vivir la vida de otro y que cada vida tenga la dignidad de una aventura única. Y es lo que nos toca descubrir a los psicoanalistas, en lo que los sujetos nos traen a tratar de esos aciagos modos de goce, displacientes,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>que son los<span style="mso-spacerun:yes"> </span>síntomas de los que piden desembarazarse. Los síntomas que hoy nos presentan<span style="mso-spacerun:yes"> </span>nuestros contemporáneos , desde la demanda de su sufriente voz, no suficientemente enmudecida por los psicofármacos, o desde las demandas de sus anonadados padres, impotentes educadores , e interventoras instancias sociales , son cada día más emergencia de cuerpos que gozan enchufados a objetos a-humanos que los aislan de los otros, estallidos de angustia de seres que no saben qué forma pueden tomar en el deseo de los otros, tristezas desvitalizantes de quienes no encuentran en los otros y en el<span style="mso-spacerun:yes"> </span>mundo una causa para su deseo , violencias que estallan ahí donde no hay vínculo social que regule entre los cuerpos una relación entre sujetos . <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Los psicoanalistas de hoy asistimos a que las neurosis no han desaparecido, como pretenden las clasificaciones psiquiátricas del DSM-IV y los psicólogos cognitivistas que han florecido en el capitalismo neoliberal. Llama la atención la reducción de cualquier sufrir humano subjetivo, en el que cuerpo y espíritu se amalgaman- es lo propio de cualquier síntoma – a “errores cognitivos” en los que el juicio de un sujeto se acomodaría mal de una maquinaria significante que debería estar engrasada sin fisuras.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>O<span style="mso-spacerun:yes"> </span>la reducción de la imposibilidad para los psicóticos de alojarse en algún segmento de vínculo socializante , a una<span style="mso-spacerun:yes"> </span>“carencia de habilidades sociales” , que requiere dispositivos “de rehabilitación” .Esos diversos “déficits” que entierran la dimensión sintomática, humana , de las patologías diagnosticadas por los poderes imperantes , se los<span style="mso-spacerun:yes"> </span>remite, desde<span style="mso-spacerun:yes"> </span>la psiquiatría actual , que ha barrido el saber de la locura de<span style="mso-spacerun:yes"> </span>la psiquiatría del siglo pasado,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>a no más causa que biológica , neurofisiológica , o de impacto agresivo, traumático del entorno exterior en un organismo “vulnerable”. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Pero aparte de las etiquetas que ya han recibido de médicos y psicólogos para nombrar<span style="mso-spacerun:yes"> </span>su mal, ¿cómo se presentan los neuróticos de hoy en la demanda que parte de su sufriente voz?. Buscan, en el mercado de las terapias, un saber que dé sentido a sus males y<span style="mso-spacerun:yes"> </span>un poder<span style="mso-spacerun:yes"> </span>que los disipe, ahí donde los psicofármacos, remedio universal ofrecido por los médicos,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>y los protocolos terapéuticos cognitivo-conductuales, fracasan. Llegan por contingencia a<span style="mso-spacerun:yes"> </span>nuestras consultas de psicoanalistas,-<span style="mso-spacerun:yes"> </span>a veces al tiempo que se dirigen a los nuevos gurus de las técnicas del cuerpo de las terapias orientalizantes <i style="mso-bidi-font-style:normal">new age- , </i>aquellos que están agotados del clamor de una verdad que no encuentra destinatario. Algunos, dando vueltas tan desgastantes como inútiles en redondo,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>en dilemas de lo que tienen y no les satisface –partenaires o realizaciones profesionales – y lo que imaginan desear y no obtienen. Otros, que no se plantean ya nada, y que piden algún interlocutor que dé un poco de ánimo a su desfalleciente deseo. Y cada<span style="mso-spacerun:yes"> </span>vez más, aquellos que no solo sufren de no saber lo que quieren y no se satisfacen de lo que obtienen con los otros, sino los que<span style="mso-spacerun:yes"> </span>se encuentran desconcertados, perdidos, angustiados y deprimidos al tiempo, por no saber cómo querer algo que haga causa del deseo en sus vidas. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Son sujetos “normales”, es decir cuya vida está pautada por la lógica capitalista que en vaivén alternante, sin conexión interna, subjetiva: son tanto trabajadores que no se cuestionan en qué se desgastan como productores, y como consumidores<span style="mso-spacerun:yes"> </span>menos se cuestionan aún de qué gozan en sus gastos de cuerpo. Normales, pues capturados en las normas del<span style="mso-spacerun:yes"> </span>liberalismo del mercado que no pone barreras a cualquier modo de explotación productiva o de extraer goce de los cuerpos consumidores. Su “anomalía” ya no está señalada socialmente - y<span style="mso-spacerun:yes"> </span>por ende raras veces subjetivamente-<span style="mso-spacerun:yes"> </span>como la de un modo de goce, sino que toma voz como <b style="mso-bidi-font-weight:normal">desventura de un deseo</b>. Un deseo<span style="mso-spacerun:yes"> </span>que ha perdido su vía o nunca la ha encontrado, para abrirse brecha como sujeto en realizaciones efectivas y realidades atractivas. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES"><span style="mso-spacerun:yes"> </span>El espacio deslocalizado del capitalismo, y el tiempo reducido a inmediatez, deslocalizada también de la secuencia<span style="mso-spacerun:yes"> </span>de una historia, genera síntomas inéditos<span style="mso-spacerun:yes"> </span>No ya los que muestran al sujeto de un inconsciente, localizado en Otra escena, estructurada como un lenguaje, que descoloca las representaciones en las que su Yo se identifica, y toma un sentido de<span style="mso-spacerun:yes"> </span>identidad social, en el perímetro de sus movimientos, en lo local de su vida . Los síntomas de los que sufren los sujetos de hoy,- esa es una percepción tanto de psicoanalistas como de sociólogos- , son correlativos a la fractura, a la disolución del vínculo social, que es lo más destructivo del capitalismo, para la vida de<span style="mso-spacerun:yes"> </span>los humanos, más allá de su grado de explotación en el trabajo o de incitación<span style="mso-spacerun:yes"> </span>al consumo de objetos de la industria. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Sigue siendo vigente lo que afirmaba Freud en <i style="mso-bidi-font-style:normal">El malestar en la cultura</i>: “el sufrimiento nos amenaza por tres lados: desde el propio cuerpo que, condenado a la decadencia y a la aniquilación, ni siquiera puede prescindir de los signos de alarma que representan el dolor y la angustia; del mundo exterior, capaz de encarnizarse en nosotros con fuerzas destructoras omnipotentes e implacables; por fin, de las relaciones con otros seres humanos . El sufrimiento que emana de esta última fuente quizá nos sea más doloroso<span style="mso-spacerun:yes"> </span>que cualquier otro; tendemos a considerarlo como una adición más o menos gratuita, pese a que bien podría ser un destino tan ineludible como el sufrimiento de distinto origen “ <a style="mso-footnote-id:ftn14" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftn14" name="_ftnref14" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character:footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman";mso-fareast-mso-ansi-language:ES; mso-fareast-language:ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;font-size:12.0pt;">[14]</span></span></span></span></a> <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">¿Qué devienen el dolor y la angustia por lo que se padece en el cuerpo, y el sufrimiento por lo que falla en las relaciones con otros seres humanos, hoy que estas relaciones son tan inciertas por la disolución<span style="mso-spacerun:yes"> </span>de los<span style="mso-spacerun:yes"> </span>vínculos sociales<span style="mso-spacerun:yes"> </span>y en ausencia de otros nuevos? <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">El dolor de la pérdida del amor, se tapona en demasía con la rabia que<span style="mso-spacerun:yes"> </span>atribuye la causa de la pérdida al otro que no responde al anhelo – violencia, agresividad;<span style="mso-spacerun:yes"> </span>la angustia, cuando no la alivian drogas o medicamentos, se deriva en ansiedades corporales que indican cuan poco un sujeto está impulsado a ofrecerla para abrirse al vínculo con sus congéneres en un deseo enmarcado por lo asible del otro. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">El Otro, los otros, las formas clínicas de los síntomas neuróticos de hoy, lo forjan como amenaza hostil o como ausencia que ningún objeto del mercado puede llenar. El miedo del otro, por cada vez más desconocido ese otro, y cada vez más alimentado por las ideologías<span style="mso-spacerun:yes"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal">neocon </i>como peligro invisible, coexiste con la añoranza o el anhelo de otro con el que vivir en un deseo y con un goce.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>En los nuevos síntomas<span style="mso-spacerun:yes"> </span>nuestros contemporáneos se muestran<span style="mso-spacerun:yes"> </span>más sujetos disociados en conductas de signo opuesto, sin nexo subjetivo, que sujetos divididos en un nexo interior, psíquico, de lucha interna, como era en tiempos de Freud.<span style="mso-spacerun:yes"> </span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Ya<span style="mso-spacerun:yes"> </span>no se adquiere un saber de la experiencia, de buscar lo que nos falta para satisfacer el deseo. Ya no rige ese tiempo de la<span style="mso-spacerun:yes"> </span>temporalidad<span style="mso-spacerun:yes"> </span>retroactiva, en la que una experiencia se hace historia,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>o saber desde los hallazgos encontrados en el saber de otros. El sujeto no está ya implicado ni movido en los meandros de la búsqueda del saber.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Los saberes de hoy, están al alcance, no ya de la mano, sino de la tecla que escribiendo cualquier significante en Google, lo trae de inmediato, en una pluralidad de contenidos. Al igual que “saber del otro” o hacerse “saber al otro”, se reduce a enviarse SMS en económico argot. El <i style="mso-bidi-font-style: normal">time is money </i>se contracta hoy en: cada letra <i style="mso-bidi-font-style: normal">is money</i> . <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Los saberes de hoy no dan sentido, sino en una metonímica pluralidad incoherente, dispersa, y desarticulada<span style="mso-spacerun:yes"> </span>a la verdad de los sujetos. Los sujetos, en el discurso capitalista están enchufados directamente a un saber, pero desconectados del saber de su historia y de sus próximos humanos, en su espacio local. Tienen acceso directo al saber global, sin lazo de deseo al otro del que saber algo en su entorno de vida. Las redes de Internet conectan cualquier significante con cualquier otro, y eso cierra el espacio para cualquier elaboración personal de quien experimenta lo que no sabe, de sí, de los otros, del mundo. Los sujetos enchufados en sus espíritus a esas redes ilimitadas de saber,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>manejados en sus cuerpos por ese saber como medios productivos de goce, poco pueden encontrar un intervalo de tiempo y espacio entre el bombardeo de esos saberes , para orientar su mirada a lo incierto , a lo no sabido de su ser. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES"><span style="mso-spacerun:yes"> </span>La <i style="mso-bidi-font-style:normal">experiencia interior </i>de Bataille es un anacronismo del sujeto histérico de otros tiempos. Lacan auguraba que no era seguro que siguieran existiendo las neurosis histéricas, pues la histeria se muestra hoy en la escena social en su imposible vínculo de pareja con el Amo idealizado del que ella no logra valer como causa de su deseo. La histeria hoy, en su vertiente de aspiración al vínculo con el Otro, padece la escasa disposición a cuestionarse de sus partenaires masculinos, demasiado ocupados en sus goces “narcinistas” ypoco en querer saber del ser de ellas. En cuanto a los que siguen siendo neuróticos en la sociedad capitalista, los que funcionan en la estrategia defensiva de la neurosis obsesiva, que hoy se extiende tanto en hombres como en mujeres –desde que las mujeres han accedido al unisex del goce fálico del poder –se lamentan de perder sus armas frente a lo impensado y desasosegante impensable del otro,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>otro con el que aventurar<span style="mso-spacerun:yes"> </span>un <i style="mso-bidi-font-style:normal">deal </i>o partenaire del deseo sexual. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Diversas son las formas sintomáticas que hacen el padecer de los sujetos de hoy, y que ya no pueden ser remitidas a lo que les ha marcado en la transmisión familiar entre<span style="mso-spacerun:yes"> </span>generaciones historizables , en la trama de una<span style="mso-spacerun:yes"> </span>organización social . La forma de la familia conyugal, hecha por un vínculo heterosexual, entre hombre y mujer, ya no es la única que aloja a los retoños de humano. En esta creciente deslocalización y traslocación de los vínculos simbólicos que<span style="mso-spacerun:yes"> </span>alojan la vida que late en el cuerpo de un retoño de humano, ¿no conviene interrogar cómo puede darse una singularidad subjetiva , la humanización de un inconsciente en la carne de nuestra especie , cuando no es ya socialmente localizable ese deseo del Otro que lo nombra como no anónimo?. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><b style="mso-bidi-font-weight:normal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Anonimato</span></b><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES"> – no ser nadie- ;<span style="mso-spacerun:yes"> </span><b style="mso-bidi-font-weight:normal">soledad</b> – no ser nada con y en<span style="mso-spacerun:yes"> </span>el otro;<span style="mso-spacerun:yes"> </span><b style="mso-bidi-font-weight:normal">angustia</b> –ser incierto para<span style="mso-spacerun:yes"> </span>lo innombrable del deseo del otro – son lo que en nuestras cunas de sujetos modernos han depositado esas siniestras madrinas que el Lacan joven psiquiatra<span style="mso-spacerun:yes"> </span>spinozano llamó, en el 38, “la impotencia y la utopía “. Pero, el drama de los sujetos de hoy- es lo que nos revela la clínica psicoanalítica actual- está hecho menos de esas madrinas que de ilocalizables<span style="mso-spacerun:yes"> </span>mafiosos padrinos neoliberales. Es la desventura de un deseo que no logra nombrase y condensar el ser pulsional de cada cual, y que no encuentra vía orientada en una sociedad desmontada por la causa del deseo capitalista: la plusvalía, el empuje a recuperarla<span style="mso-spacerun:yes"> </span>de aquellos que la pierden por su trabajo. Queda la aventura que Freud descubrió como lo indestructible de un deseo inconsciente, que desliza el ser de cada cual en sus acciones. Aventura maniatada, por<span style="mso-spacerun:yes"> </span>la desventura de los síntomas neuróticos que despuntan haciéndose imposibles de soportar, en la vida que impone la sociedad global. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Freud –reconozcamos su legado, que se olvida en las mediáticas celebraciones de su 150 aniversario-<span style="mso-spacerun:yes"> </span>descubrió, vía los síntomas neuróticos, la deslocalización del sujeto del inconsciente, que lo localiza ahí donde, en sus quiebras subjetivas , late la verdad de su ser de deseo. Lacan, entrando al quiebro en la teoría freudiana, vió otras suertes e infortunios del sujeto que no se descifran en el saber que da sentido a un sujeto como resultante de una historia, familiar, social. Y dedicó en los años 70 su enseñanza a interrogar las consecuencias para los sujetos de la “sumersión capitalista universal “– son sus términos- de la propuesta de Marx al proletario, de vía lucha de clases, tratar de recuperar la plusvalía que se le arranca en su trabajo. El proletario, como<span style="mso-spacerun:yes"> </span>sabemos ya<span style="mso-spacerun:yes"> </span>por la historia del siglo XX nada ganó, sino que hoy simplemente ya no está inscrito como clase social y en su desclasamiento en la sociedad global capitalista, sólo se torna clasificable, identificable,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>según sus modos de intentar proveerse , exitosamente o fallidamente , de un “plus de goce “ <a style="mso-footnote-id:ftn15" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftn15" name="_ftnref15" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character:footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES" style="font-family: "Times New Roman";mso-fareast-mso-ansi-language:ES; mso-fareast-language:ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;font-size:12.0pt;">[15]</span></span></span></span></a>. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Todos los que apuestan por la aventura de la condición humana, en sus creaciones,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>-<span style="mso-spacerun:yes"> </span>algunas más invisibles y modestas que las creaciones del arte, pero no menos a contracorriente del discurso capitalista y no menos efectivas en su limitada y local incidencia -<span style="mso-spacerun:yes"> </span>, no dimiten de las “armas” de la humana condición que se abren paso en lo poco natural del capitalismo. Nos<span style="mso-spacerun:yes"> </span>quedan esos recursos que son<span style="mso-spacerun:yes"> </span>“las armas de la naturaleza “, la de<span style="mso-spacerun:yes"> </span>cada cual : no de la naturaleza ideal de las utopías<span style="mso-spacerun:yes"> </span>ecologistas , o de una supuesta naturaleza imaginaria que cultiva la aspiración de la histérica de ser un cuerpo intocado por el lenguaje . <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:35.4pt"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Al sujeto sin Otro del capitalismo, al sujeto sólo aparentemente<span style="mso-spacerun:yes"> </span>movido por los objetos productos del sistema, no es tan fácil anestesiarlo<span style="mso-spacerun:yes"> </span>con goces o extirparle su humana condición de sujeto deseante en su<span style="mso-spacerun:yes"> </span>inconsciente, que escapa a cualquier sistema social, antiguo, moderno o postmoderno. A prueba, los lamentos que no sólo pueblan las consultas de los psicoanalistas, de una desafección entre humanos, violenta o más larvada , pero que en todos ellos añora la brújula de un deseo que oriente los mapas, e inscriba en sus cartografía las letras del amor entre los sexos. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:35.4pt"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Ningún marcaje simbólico de los espacios errantes de nuestra vida cotidianas, - sea<span style="mso-spacerun:yes"> </span>con seductores iconos virtuales, publicitarios, sea<span style="mso-spacerun:yes"> </span>con<span style="mso-spacerun:yes"> </span>los iconos arquitectónicos que proyectan habitats tan deseables como<span style="mso-spacerun:yes"> </span>irreales y<span style="mso-spacerun:yes"> </span>poco factibles en nuestros hacinamientos urbanos-<span style="mso-spacerun:yes"> </span>ofrece medios para suscitar nuevos modos de vínculo social. Lo peor del<span style="mso-spacerun:yes"> </span>escaso lugar que el capitalismo deja a los deseos humanos, lo vemos en los descampados que bordean nuestras concentraciones urbanas o en los espacios, despoblados<span style="mso-spacerun:yes"> </span>del vínculo social que los creó en épocas pasadas, y que no interesan sino<span style="mso-spacerun:yes"> </span>a la rentabilización de los núcleos “históricos” , degradados, de las ciudades .<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Esos neo-tótems de millonarias obras públicas que nada organizan de la vida social, sólo<span style="mso-spacerun:yes"> </span>agregan errancias subjetivas e inversiones de consumo social. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:35.4pt"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES"><span style="mso-spacerun:yes"> </span>¿Cuánta gente no está reducida y resignada a ser errática masa- contable sólo<span style="mso-spacerun:yes"> </span>para el sistema en<span style="mso-spacerun:yes"> </span>estadísticas - sin tiempo ni espacio para ser otra cosa que instrumentos del capital, en una<span style="mso-spacerun:yes"> </span>“sociedad de figurantes”?. Dan cuerpo y figura, a la alienación social y cultural,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>al tiempo que sienten cómo están confinados<span style="mso-spacerun:yes"> </span>al reducido espacio de ser asociales islotes en lo deslocalizado de cada cual. Privados<span style="mso-spacerun:yes"> </span>de la mínima secuencia temporal, en la que pueda emerger la pregunta de qué ser y qué hacer con esos otros, - de los que hoy, más que nunca, se siente separados, cuando no abrumados por su invasión- ,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>miran sin ver nada,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>en la proliferación de iconos de la cultura, pues nada significan de<span style="mso-spacerun:yes"> </span>sus vidas esos productos de<span style="mso-spacerun:yes"> </span>la maquinaria cultural capitalista. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify:inter-ideograph; text-indent:0cm"><span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Pero cómo bien escribió el gran poeta del siglo XX, T.S. Eliot, quedan esos instantes de luz en los que los sujetos vibran como seres inasimilables a la “human engine”. </span><span lang="EN-GB" style="mso-ansi-language:EN-GB">Es la “violet hour”, la que surge cuando “the eyes and back turn upward from the desk, when the human engine waits”. </span>Que a la salida de las fábricas,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>hace crepitar una música que arde sobre las aguas del río de humanas indiferencias,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>de<span style="mso-spacerun:yes"> </span>los<span style="mso-spacerun:yes"> </span>que sólo podrían enunciar: </p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-indent:0cm"><span style="mso-spacerun:yes"> </span><i style="mso-bidi-font-style:normal"><span lang="EN-GB" style="mso-ansi-language:EN-GB">“I can connect <o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-indent:0cm"><i style="mso-bidi-font-style: normal"><span lang="EN-GB" style="mso-ansi-language:EN-GB"><span style="mso-spacerun:yes"> </span>Nothing with nothing . <o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-indent:0cm"><i style="mso-bidi-font-style: normal"><span lang="EN-GB" style="mso-ansi-language:EN-GB"><span style="mso-spacerun:yes"> </span>The broken fingernails of dirty hands. <o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-indent:0cm"><i style="mso-bidi-font-style: normal"><span lang="EN-GB" style="mso-ansi-language:EN-GB"><span style="mso-spacerun:yes"> </span>My people humble people who expect <o:p></o:p></span></i></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left:0cm;text-indent:0cm"><i style="mso-bidi-font-style: normal"><span lang="EN-GB" style="mso-ansi-language:EN-GB"><span style="mso-spacerun:yes"> </span>Nothing”</span></i><a style="mso-footnote-id: ftn16" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftn16" name="_ftnref16" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-GB" style="mso-ansi-language:EN-GB"><span style="mso-special-character:footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-GB" style="font-family: "Times New Roman";mso-fareast-mso-ansi-language:EN-GB; mso-fareast-language:ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;font-size:12.0pt;">[16]</span></span></span></span></span></a><span lang="EN-GB" style="mso-ansi-language:EN-GB"> <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="color:#333333;"><o:p> </o:p></span></p> <div style="mso-element:footnote-list"> <hr align="left" size="1" width="33%"> <div style="mso-element:footnote" id="ftn1"> <p class="MsoFootnoteText" style="margin-left:0cm;text-indent:0cm"><a style="mso-footnote-id:ftn1" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftnref1" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character:footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-mso-ansi-language:ES-TRAD;mso-fareast-language: ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;font-size:10.0pt;">[1]</span></span></span></span></a> En el frontón de<span style="mso-spacerun:yes"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal">Yad Vashem </i>, memorial en Jerusalén de<span style="mso-spacerun:yes"> </span>los seis millones de judíos exterminados por los nazis. </p> </div> <div style="mso-element:footnote" id="ftn2"> <p class="MsoFootnoteText" style="margin-left:0cm;text-indent:0cm"><a style="mso-footnote-id:ftn2" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftnref2" name="_ftn2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character:footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-mso-ansi-language:ES-TRAD;mso-fareast-language: ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;font-size:10.0pt;">[2]</span></span></span></span></a> Exergo con el que Toni Morrison introduce la única tragedia moderna escrita sobre los sesenta millones de esclavos africanos vendidos en América , <i style="mso-bidi-font-style:normal">Beloved , </i>Penguin, N.Y. 1988. </p> </div> <div style="mso-element:footnote" id="ftn3"> <p class="MsoFootnoteText"><a style="mso-footnote-id:ftn3" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftnref3" name="_ftn3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family:"Times New Roman";mso-fareast-mso-ansi-language:ES-TRAD;mso-fareast-language:ZH-CN;mso-bidi-language: AR-SAfont-family:SimSun;font-size:10.0pt;">[3]</span></span></span></span></a> Escrito en la entrada del memorial de los Niños de Yad Vashem , ver<span style="mso-spacerun:yes"> </span>ilustración adjunta </p> </div> <div style="mso-element:footnote" id="ftn4"> <p class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;margin-left: 0cm; text-indent: 0cm; "><a style="mso-footnote-id:ftn4" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftnref4" name="_ftn4" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character:footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-mso-ansi-language:ES-TRAD;mso-fareast-language: ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;font-size:10.0pt;">[4]</span></span></span></span></a><span lang="EN-GB" style="mso-ansi-language:EN-GB"> Ver ilustración adjunta , en la que se puede leer : “<span class="style6">The result of this completely new business model is the creation of <st1:country-region st="on">U.S.</st1:country-region> engineering jobs and lower blended costs for <st1:country-region st="on"><st1:place st="on">U.S.</st1:place></st1:country-region> clients. With Hybrid-Sourcing</span></span><span class="style6"><sup><span lang="EN-GB" style="mso-bidi-Courier New"; mso-ansi-language:EN-GBfont-family:";">TM</span></sup></span><span class="style6"><span lang="EN-GB" style="mso-ansi-language:EN-GB"> <b>SeaCode brings already offshored jobs back to the U.S.</b> and </span></span><span class="style2"><span lang="EN-GB" style="mso-ansi-language:EN-GB">en</span></span><span class="style6"><span lang="EN-GB" style="mso-ansi-language:EN-GB">sures that 90 cents of every dollar from our clients <b>stays in the U.S.</b> <b style="mso-bidi-font-weight:normal">instead of flowing to foreign locations</b>.<o:p></o:p></span></span></p> <p class="MsoFootnoteText" style="margin-left:0cm;text-indent:0cm"><span lang="EN-GB" style="mso-ansi-language:EN-GB"><o:p> </o:p></span></p> </div> <div style="mso-element:footnote" id="ftn5"> <p class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;margin-left: 0cm; text-indent: 0cm; "><a style="mso-footnote-id:ftn5" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftnref5" name="_ftn5" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character:footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-mso-ansi-language:ES-TRAD;mso-fareast-language: ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;font-size:10.0pt;">[5]</span></span></span></span></a><span lang="EN-GB" style="mso-ansi-language:EN-GB"> Una serie de la ABC TV Network de finales de los 80 , que mostraba cómo “whose passengers and crew had romantic and funny adventures every week”<o:p></o:p></span></p> </div> <div style="mso-element:footnote" id="ftn6"> <p class="MsoFootnoteText"><a style="mso-footnote-id:ftn6" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftnref6" name="_ftn6" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family:"Times New Roman";mso-fareast-mso-ansi-language:ES-TRAD;mso-fareast-language:ZH-CN;mso-bidi-language: AR-SAfont-family:SimSun;font-size:10.0pt;">[6]</span></span></span></span></a> <i style="mso-bidi-font-style: normal">El rostro de la esclavitud</i>. El País Semanal, domingo 24/09/2006, p. 50. </p> </div> <div style="mso-element:footnote" id="ftn7"> <p class="MsoFootnoteText" style="text-align:justify;text-justify:inter-ideograph"><a style="mso-footnote-id:ftn7" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftnref7" name="_ftn7" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character:footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-mso-ansi-language:ES-TRAD;mso-fareast-language: ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;font-size:10.0pt;">[7]</span></span></span></span></a> J.BERGER, <i style="mso-bidi-font-style:normal">Diez notas sobre el ‘lugar’. </i>El País, Babelia, 16 de julio de 2005<i style="mso-bidi-font-style:normal"> </i></p> <p class="MsoFootnoteText"><o:p> </o:p></p> </div> <div style="mso-element:footnote" id="ftn8"> <p class="MsoFootnoteText" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify: inter-ideograph;text-indent:0cm"><a style="mso-footnote-id:ftn8" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftnref8" name="_ftn8" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character:footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-mso-ansi-language:ES-TRAD;mso-fareast-language: ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;font-size:10.0pt;">[8]</span></span></span></span></a> M. PASCUAL, <i style="mso-bidi-font-style:normal">En<span style="mso-spacerun:yes"> </span>qué mundo vivimos.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Conversaciones con Miguel Castells. </i>Alianza Editorial, Madrid, 2006, p.131-133. </p> </div> <div style="mso-element:footnote" id="ftn9"> <p class="MsoFootnoteText" style="text-align: justify;margin-left: 0cm; text-indent: 0cm; "><a style="mso-footnote-id:ftn9" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftnref9" name="_ftn9" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character:footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-mso-ansi-language:ES-TRAD;mso-fareast-language: ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;font-size:10.0pt;">[9]</span></span></span></span></a> <span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">Que no es el tiempo calculado de<span style="mso-spacerun:yes"> </span>cuadrantes solares, sino el Reloj que vemos en la genial<span style="mso-spacerun:yes"> </span>película <i style="mso-bidi-font-style:normal">Metrópolis</i>, de Fritz Lang, que sólo marca 10 horas y no 12.<span style="mso-spacerun:yes"> </span>Las dos horas sustraídas al tiempo del día, pueden leerse como metáfora de la plusvalía sustraída a los humanos , en el 1 y el 0 de la maquinaria significante del lenguaje que opera mecánicamente en la sociedad moderna de la Revolución Industrial.<span style="mso-spacerun:yes"> </span><o:p></o:p></span></p> </div> <div style="mso-element:footnote" id="ftn10"> <p class="MsoFootnoteText"><a style="mso-footnote-id:ftn10" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftnref10" name="_ftn10" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family:"Times New Roman";mso-fareast-mso-ansi-language:ES-TRAD;mso-fareast-language:ZH-CN;mso-bidi-language: AR-SAfont-family:SimSun;font-size:10.0pt;">[10]</span></span></span></span></a> ID. <i style="mso-bidi-font-style: normal">Ibid. p. 141-143<o:p></o:p></i></p> </div> <div style="mso-element:footnote" id="ftn11"> <p class="MsoFootnoteText" style="margin-left:0cm;text-indent:0cm"><a style="mso-footnote-id:ftn11" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftnref11" name="_ftn11" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character:footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-mso-ansi-language:ES-TRAD;mso-fareast-language: ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;font-size:10.0pt;">[11]</span></span></span></span></a> <span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">J. LACAN, <i style="mso-bidi-font-style: normal">Observaciones sobre el Informe de Daniel Lagache, </i>in <i style="mso-bidi-font-style:normal">Escritos II, </i>Ed. Siglo XXI, 1989, p. 663. <o:p></o:p></span></p> </div> <div style="mso-element:footnote" id="ftn12"> <p class="MsoFootnoteText"><a style="mso-footnote-id:ftn12" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftnref12" name="_ftn12" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family:"Times New Roman";mso-fareast-mso-ansi-language:ES-TRAD;mso-fareast-language:ZH-CN;mso-bidi-language: AR-SAfont-family:SimSun;font-size:10.0pt;">[12]</span></span></span></span></a> J. LACAN . <i style="mso-bidi-font-style:normal">El Seminario, Libro XVII, El reverso del psicoanálisis, </i>Paidós Ibérica,<span style="mso-spacerun:yes"> </span>1992, p. 172-175. </p> </div> <div style="mso-element:footnote" id="ftn13"> <p class="MsoFootnoteText"><a style="mso-footnote-id:ftn13" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftnref13" name="_ftn13" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family:"Times New Roman";mso-fareast-mso-ansi-language:ES-TRAD;mso-fareast-language:ZH-CN;mso-bidi-language: AR-SAfont-family:SimSun;font-size:10.0pt;">[13]</span></span></span></span></a> Especialmente en <i style="mso-bidi-font-style:normal">Psicología de las masas y análisis del Yo <o:p></o:p></i></p> </div> <div style="mso-element:footnote" id="ftn14"> <p class="MsoFootnoteText"><a style="mso-footnote-id:ftn14" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftnref14" name="_ftn14" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family:"Times New Roman";mso-fareast-mso-ansi-language:ES-TRAD;mso-fareast-language:ZH-CN;mso-bidi-language: AR-SAfont-family:SimSun;font-size:10.0pt;">[14]</span></span></span></span></a> <span lang="ES" style="mso-ansi-language:ES">S. FREUD , <i style="mso-bidi-font-style:normal">El malestar en la cultura , </i>Biblioteca Nueva,Madrid,1974, Tomo VIII, p. 3025. <o:p></o:p></span></p> </div> <div style="mso-element:footnote" id="ftn15"> <p class="MsoFootnoteText" style="margin-left:0cm;text-align:justify;text-justify: inter-ideograph;text-indent:0cm"><a style="mso-footnote-id:ftn15" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftnref15" name="_ftn15" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character:footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-mso-ansi-language:ES-TRAD;mso-fareast-language: ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:SimSun;font-size:10.0pt;">[15]</span></span></span></span></a> Término de Lacan , con el que traduce la plusvalía , como causa del deseo capitalista, la <i style="mso-bidi-font-style:normal">Mehrwert </i>, como <i style="mso-bidi-font-style:normal">Mehrlust , </i>“plus de goce “ , imposible de poseer que causa en la prevalencia de ese goce dictado por el sistema capitalista , que ya no está situado por el Otro, como lugar , y su efecto subjetivo de insatisfacción de “sed de la falta –en- gozar”<span style="mso-spacerun:yes"> </span></p> </div> <div style="mso-element:footnote" id="ftn16"> <p class="MsoFootnoteText"><a style="mso-footnote-id:ftn16" href="file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/BLOGS/Fuera%20de%20lugar-%20El%20sujeto%20en%20la%20sociedad%20global,%20C%20Gallano.doc#_ftnref16" name="_ftn16" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family:"Times New Roman";mso-fareast-mso-ansi-language:ES-TRAD;mso-fareast-language:ZH-CN;mso-bidi-language: AR-SAfont-family:SimSun;font-size:10.0pt;">[16]</span></span></span></span></a><span lang="EN-GB" style="mso-ansi-language:EN-GB"> T.S. ELIOT , <i style="mso-bidi-font-style: normal">Collected Poems </i>, Faber and Faber , <st1:city st="on"><st1:place st="on">London</st1:place></st1:city>, 1974, p. 71-74.<o:p></o:p></span></p> </div></div>Sergio Hinojosahttp://www.blogger.com/profile/04210146939148525865noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-812308666847807459.post-43186133918297224782009-11-19T13:39:00.000-08:002009-11-19T13:42:08.954-08:00SOBRE LA COMUNIDAD DE LA DIFERENCIA DE MÍROSLAV MÍLOVIC. Sergio Hinojosa<div>Artículo publicada en la Revista Cultural EL GENIO MALIGNO</div><div><br /></div><div><a href="http://www.elgeniomaligno.eu/numero1/varia.html#comunidad">LEER ARTÍCULO</a></div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-family: Tahoma; font-size: 12px; white-space: pre; ">d</span></div>Sergio Hinojosahttp://www.blogger.com/profile/04210146939148525865noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-812308666847807459.post-26620288578455728002009-11-19T13:31:00.000-08:002009-11-19T13:35:36.786-08:00ALGUNOS ASPECTOS SOBRE LA INCLUSIÓN DE CALUDE LÉVI-STRAUSS EN EL SEMINARIO DE LA ANGUSTIA DE JACQUES LACAN. Sergio Hinojosa<div>Artículo publicado en la FUNDACIÓN DESCARTES</div><div><br /></div><div><a href="http://www.descartes.org.ar/etexts-hinojosa2.htm">LEER ARTÍCULO</a></div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-family:Tahoma, serif;font-size:100%;"><span class="Apple-style-span" style=" white-space: pre;font-size:12px;"><br /></span></span></div>Sergio Hinojosahttp://www.blogger.com/profile/04210146939148525865noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-812308666847807459.post-11925664846329294592009-11-19T13:27:00.000-08:002009-11-19T13:29:58.801-08:00EL BANQUETE: UN TEXTO DE REFERENCIA PARA EL DESEO Y LA TRANSFERENCIA. Sergio Hinojosa<div>Artículo publicado por la FUNDACIÓN DESCARTES</div><div><br /></div><div><a href="http://www.descartes.org.ar/etexts-hinojosa.htm">LEER ARTÍCULO</a></div><div><br /></div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-family:Tahoma, serif;font-size:100%;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 12px; white-space: pre;"><br /></span></span></div>Sergio Hinojosahttp://www.blogger.com/profile/04210146939148525865noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-812308666847807459.post-7433991909171944032009-11-19T13:24:00.000-08:002009-11-19T13:26:25.157-08:00LA RISA DE ARISTÓFANES: LAS NUBES. Sergio Hinojosa<div>Artículo publicado en la Revista PSIKEBA</div><div><br /></div><div><a href="http://www.psikeba.com.ar/articulos2/SH-la-risa-de-Aristofanes.htm#_ftnref24">LEER ARTÍCULO</a></div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-family:Tahoma, serif;font-size:100%;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 12px; white-space: pre;"><br /></span></span></div>Sergio Hinojosahttp://www.blogger.com/profile/04210146939148525865noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-812308666847807459.post-60709647936427067662009-11-19T13:08:00.000-08:002009-11-19T13:11:27.454-08:00CLAVES DEL ISLAM: EL IMÁN OCULTO. LA TRANSMISIÓN DE UN MITO ISMAILÍ. Sergio Hinojosa<div>Artículo publicado en la revista PSIKEBA</div><div><br /></div><div><a href="http://www.psikeba.com.ar/articulos2/SH_Claves_del_Islam.htm">LEER ARTÍCULO</a></div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-family:Tahoma, serif;font-size:100%;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 12px; white-space: pre;"><br /></span></span></div>Sergio Hinojosahttp://www.blogger.com/profile/04210146939148525865noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-812308666847807459.post-74554698296145959522009-11-19T12:57:00.000-08:002009-11-19T13:01:16.987-08:00EL MENÓN ¿ES POSIBLE UNA CIENCIA DE LA ÉTICA? Sergio Hinojosa<div>Artículo publicado en la revista PSIKEBA</div><div><br /></div><div><a href="http://www.psikeba.com.ar/articulos/SH_menon_lacan.htm">LEER ARTÍCULO</a></div><div><br /></div><div><br /></div><div><span class="Apple-style-span" style="font-family:Tahoma, serif;font-size:100%;"><span class="Apple-style-span" style=" white-space: pre;font-size:12px;"><br /></span></span></div>Sergio Hinojosahttp://www.blogger.com/profile/04210146939148525865noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-812308666847807459.post-53626446361527512892009-11-19T12:44:00.000-08:002009-11-19T12:54:13.622-08:00JAKOBSON Y LACAN. DEL AUTOMATISMO LINGÜÍSTICO A LA PRESERVACIÓN DEL SUJETO EN lA INSTANCIA DE LA LETRA EN EL INCONSCIENTE. Sergio Hinojosa<span class="Apple-style-span" style=" white-space: pre; font-family:Tahoma;font-size:12px;"><div>Artículo publicado en la Revista Psikeba</div><div><br /></div><div><a href="http://www.psikeba.com.ar/articulos2/SH_Jakobson_Lacan_metafora_metonimia.htm">LEER ARTÍCULO</a></div><div><br /></div><div><br /></div></span>Sergio Hinojosahttp://www.blogger.com/profile/04210146939148525865noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-812308666847807459.post-23953194928644745242009-11-18T14:23:00.000-08:002009-11-19T13:05:53.801-08:00PSICOANÁLISIS AL FILO DEL MILENIO.<div style="text-align: left;">Artículo p<span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; ">ublicado en la Revista de la Universidad de Granada <b><i>EL FINGIDOR</i></b></span></div><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: small; ">Hinojosa Aguayo, Sergio. <i>Psicoanálisis al filo del milenio</i> (nº7, pp.6-7).</span></div><div style="text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family:Arial, Helvetica, sans-serif;"><span class="Apple-style-span" style="font-size: small;"><br /></span></span></div><div><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguVO8Of5ipeac1aWF0bSWxAFMw1gbpK4YGBDVO-8brHIMYH3WYD4v5fLtdWNSbF-Y9-pWmTwSifQXZQPOPIMUw1nNe7FQGzRh9VbD4WWYS74mbmNZsMdEbZkRr_aFeLq2jvNG45prCJgU1/s320/DIVAN.bmp" /><br /><div><br /><div style="text-align: justify;">Cuando doble el milenio se cumplirán 100 años del nacimiento del psicoanálisis. La monumental obra de Sigmung Freud “La interpretación de los sueños” vio la luz en 1900. Sin embargo, el descubrimiento de la fuente más importante de sus conceptos, el inconsciente, fue anterior y pasó por diferentes momentos más o menos significativos: En una carta escrita en el verano de 1895, se per-mitió soñar despierto con ello. Se la escribió a su amigo íntimo Wilhelm Fliess y en ella reclamaba: “¿Crees en verdad que alguna vez se podrá leer en esta casa una placa de mármol que diga: <<<aquí se="" le="" al="" sigmund="" freud="" el="" enigma="" de="" los="" os="" 24="" julio="" 1895=""><span style="font-size:12.0pt;mso-bidi- font-family:Arial;mso-fareast-Times New Roman";mso-ansi-language: ES-TRAD;mso-fareast-language:ZH-CN;mso-bidi-language:AR-SAfont-family:";font-size:10.0pt;">Aquí se le reveló al Dr. Sigmund Freud el enigma de los sueños el 24 de julio de 1895</span>?>>”. Escribió esto con motivo de la interpretación del sueño que podríamos llamar “sueño inaugural del psicoa-nálisis”: el sueño de la inyección de Irma, que preside la Traumdeutung. Pocos años después, el 20 de Junio de 1898 (carta a Fliess) realiza el primer análisis de una obra literaria, basándose en los presupuestos psicoanalíticos. Se trata de la novela “La juez” de C.F. Meyer. Literatura y psicoanálisis entraron en contacto, para producir no siempre buenos frutos. Y al poco tiempo, el 26 de Agos-to de 1898, en una carta igualmente dirigida a Fliess, realiza el primer análisis de la significación que presentan los lapsus. </aquí></div><aquí se="" le="" al="" sigmund="" freud="" el="" enigma="" de="" los="" os="" 24="" julio="" 1895=""><br /><div style="text-align: justify;">Estamos, pues, muy cerca de la efemérides que recuerda la aparición de la obra monumental del psicoanálisis y para algunos se acerca la hora de un ba-lance al que están, de hecho, convocadas todas las tendencias y escuelas surgidas al amparo del nombre de Sigmund Freud. No todos los analistas pensamos que el “balance” ha de ir de la mano de una onomástica formal impuesta por el calendario. No está de más el pretexto para una rememoración y bien puede servir para sacar a la luz algunas cuestiones relativas a la práctica analítica, pero pensamos que tal revisión y puesta al día del psicoanálisis no puede ser el producto de un boom publicitario, sino de un trabajo continuo que, de hecho, está en marcha. Las cuestiones, en candelero en estos foros previos son, no obstante, de gran importancia e interés. ¿Es el psicoanálisis una cien-cia? ¿Qué peculiaridad tiene como tal? ¿Cuál es su verdadera aportación en el ámbito de la clínica y cómo ha de entenderse ésta? ¿En qué basa su consis-tencia teórica? ¿Existe un real que justifique al psicoanálisis, a la manera en que, por ejemplo la gravitación justificaba el paradigma newtoniano? ¿Qué co-sa es el inconsciente y cuál es su naturaleza? ¿Qué es un psicoanalista? ¿Cómo es posible la transmisión de este saber y cuál es su consistencia?</div><br /><div style="text-align: justify;">Muchos son los debates, congresos, jornadas y actos previstos para este ba-lance, pero ante todo, todos convergen en un mismo interés: hacer existir al psicoanálisis para las nuevas generaciones, que en gran medida se hallan al margen de esta ciencia por el signo de los tiempos y por el enfoque actual de la política científica. El pragmatismo en las ciencias sociales y en las disciplinas “psi” aliado con la idea de una rentabilidad de sus productos (eficacia laboral, escolar, comercial etc.) y bajo el telón de fondo de una renovada noción de progreso, ha excluido casi absolutamente de las instituciones universitarias, científicas y médicas, la idea de sujeto que se deriva de la existencia del in-consciente.</div><br /><div style="text-align: justify;">En un mundo en el que la razón instrumental preside, supuestamente, - pues nada nos da prueba de ello- todas las formas de actividad social, colectiva e incluso individual, no hay lugar para el reconocimiento de la eficacia de eso, a lo que Freud llamó Inconsciente. Más allá de nuestra percepción de lo que so-mos, de lo que queremos por la boca explícita de nuestra ideación, más allá de lo que los otros aparentemente significan para cada uno de nosotros, más allá de lo que leemos en la estela de nuestra vida pasada, más allá, o si se quiere, en otro locus, (Freud construyó una topología para dar cuenta del inconsciente) en otro lugar de la palabra, en el chiste, en el sueño, en la fantasía actuada, nos muerde la insistencia de aquello que se impone como un destino, aquello que se repite en nuestras vidas como una partitura, interpretada en diversas claves. Nos topamos con la misma piedra y, por qué no decirlo, con el mismo goce en el amor, en la amistad, en el odio, en los celos, en la angustia, sin saber por qué, o tan sólo barruntando que detrás de nuestras razones confesadas laten otros motivos. Sujetos sujetados, pendientes de los imperativos pulsiona-les que se adhieren a las nuevas formas del goce sintomático; la drogadicción, la vida al borde del riesgo transgresor, la depresión fuera de todo lazo social, la llamada ludopatía, y toda clase de compulsiones en las que constatamos que no somos tan dueños de sí mismos, por mucho aliño narcisista que recibamos de esa supuesta “autoestima”, ahora tan de moda en los medios “psi”. Y es que ese encuentro con “nuestra partitura” nos es velado durante el estado cons-ciente por más que queramos creer que somos a la par compositores e intér-pretes. Ese más allá de la conciencia se registra como de manera magistral mostró Freud en el lenguaje de los sueños, en esa palabra a destiempo que constituye el lapsus, en el chiste que unido al estertor de la risotada nos hace decir lo que nos define, para disfrute de nuestro esperpento. En ese registro de la palabra “boba”, sin sentido, queda constancia de nuestro más profundo des-encuentro: el hecho de ser seres que habitan el lenguaje y el hecho de no ser sólo lenguaje, pensamiento, sino criaturas dotadas de un cuerpo sexuado que nos exige su tributo. </div><br /><div style="text-align: justify;">La religión ha intentado desde sus inicios armonizar ambos aspectos a costa de disecar al sujeto en lo simbólico, ritualizando toda aquella emergencia vital que pudiera recordarle su origen de humus y acabando siempre por negar es-tas últimas exigencias del cuerpo vivo. Para ello le bastó el nombre de Yahvé que hiciera acopio de buenos significantes y la creación de un bastardo, híbrido de carne, estiércol y “maldic-ción”, elevándolo por encima de nuestras cabezas y por debajo de los negros abismos. Un pobre diablo, <i>daimon </i>al fin y al cabo, envuelto en pliegues de carne de mujer sedienta. </div><br /><div style="text-align: justify;">La ciencia desde el polo simbólico de la criatura, se topa con el leguaje como objeto para caracterizar su objetividad, independientemente de quienes sean sus decidores, pensadores, artistas de la palabra o simples portadores del bla-blablá. Y por otro lado, la ciencia, desde el polo carnal de la criatura, no quiere saber que gime ahí, sino de cuántas partículas se componen sus sesos, que son supuestamente los que dirigen el cotarro de ese magma en ebullición, que a veces nos sonroja cuando delata nuestra impudicia de ser ignorantes de nuestro existir (imposible ciencia ad hoc) puestos al descubierto, o nos come vivos haciendo presente el deseo por lo que vemos y no tenemos ninguna necesidad de entender y sí de gozar. Parece que al psicoanálisis le ha tocado la tarea, no de armonizar lo inarmónico, sino de poner en palabras lo que bulle en esos cuerpos candentes de deseo velado, camuflado, latente, encriptado, holo-fraseado, sumido en un devenir metonímico que no deja de sustituir objetos (incluyéndonos como tales para el Otro) para nuestro más espléndido desen-cuentro, o como se prefiera, para nuestro efímero placer.</div><br /><div style="text-align: justify;">Si el psicoanálisis es una ciencia es ciencia comprometida por más que le pe-se. Atravesar el círculo de las pasiones de esos hablanteseres para construir un artilugio que permita que se den de bruces con el rastro y con su estela de actos y goces a la sombra de su historia por decir, no es tarea fácil, ni propia para quienes les mueve la afición, más o menos religiosa, de la taxidermia.</div><br />En una carta dirigida a su amigo y confidente Fliess de 27 de octubre de 1997, manifestaba Freud su estado ante el nuevo continente descubierto:<br /><div style="text-align: justify;">“...sólo vivo del trabajo “interno” (alusión al autoanálisis). Me atrapa y me arras-tra a través de viejos tiempos en rauda concatenación de ideas, los estados de ánimo cambian como los paisajes ante el viajero en el tren, y como lo expresa el gran poeta, empleando su privilegio de sublimar las cosas.</div><br /><div style="text-align: justify;">También el primer susto y el primer conflicto. Algún triste secreto de la vida se remonta aquí a sus primeras raíces, algún que otro orgullo y privilegio descubre su modesto origen. Aquí reencuentro todo lo que comparto como tercero con los pacientes, los días en que me arrastro por ahí abatido, por no haber com-prendido nada del sueño, de la fantasía, del talante del día, y después, nueva-mente, los días en los que un relámpago ilumina la relación y permite com-prender lo anterior como preparativo de lo actual”</div><div style="text-align: justify;">Ese “anterior” que preparaba “lo actual” (la palabra en curso, en el hic et nunc) lo desarrollará muy poco después cuando descubra la más primitiva sexualidad en sus Tres ensayos sobre la sexualidad infantil. Pero en esa escritura está todavía inmerso en su “libro sobre los sueños” como él lo llamaba.</div><br /><div style="text-align: justify;">Freud descubrió por ese desfiladero del hablanteser, que detrás de ( o mejor, en otro locus) nuestras declaraciones de intención, propósitos, anhelos y de-más movimientos anímicos inevitablemente ligados al cuerpo, subyacen (o me-jor, empujan desde otro lugar) impulsos menos confesables que nos arrastran a ser y comportarnos de manera totalmente irreconocible por las personas idea-les o “ideadas” que creemos ser. También se abrió ante ese desfiladero las señales de humo que anuncian el fuego de pasiones en juego por aquello que nos convierte en seres sociales, aquello que nos liga a los otros, sean estos familiares o no, y que se se forja en los primeros años de nuestra vida conser-vando siempre el sello indeleble de lo que nos constituyó en el semblante de hijo/a de.., hermano/a de.., identificado/a a ..y, por tanto, ligados a ese goce más o menos mensurado (regulado por Edipo) de ser, para suerte o desgracia cuerpo en esa genealogía. Por supuesto el sendero de esta nueva ciencia nos puso de patitas en otros infiernos menos domesticados por las instituciones para generar dominio. La nueva ciencia situó al sujeto en su Spaltung, en su escisión de sujeto sujetado al lenguaje: paterno, materno, idiomático y el sujeto soportando un cuerpo de goce con sus indomesticables exigencias. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">En esa hendidura se abre no una ciencia que toma por objeto el cuerpo celular, el do-mesticado y disecado cerebro, sino que cuerpo que ante el enigma del otro sexo.., goza de lo visto y oído, y lo traduce, por mor del lenguaje que lo habita, en celos, en amor, en odio y en todos aquellos sentimientos que se pusieron y se reponen en juego en nuestro ámbito más íntimo. Descubrió también Freud, que los hombres no nos movemos siguiendo una racionalidad comprensiva para con nuestros semejantes, sino más bien siguiendo el dictado de un impe-rativo más oscuro e inconfesable. Cuando estalló la primera Gran Guerra y mu-chos intelectuales se escandalizaron al ver a qué atrocidades podía llegar la naturaleza humana. Freud escribió al respecto Consideraciones sobre la guerra y la muerte: </div><br /><div style="text-align: justify;">“... (la guerra)Infringe todas las limitaciones a la que los pueblos se obligaron en tiempos de paz –el llamado Derecho internacional- y no reconoce ni los privilegios del herido y del médico, ni la diferencia entre los núcleos combatientes y pacíficos de la población, ni la propiedad privada. Derriba con ciega cólera, cuanto le sale al paso, como si después de ella no hubiera ya de existir futuro alguno ni paz entre los hombres. Desgarra todos los lazos de solidaridad entre los pueblos combatientes y amenaza dejar tras de sí un encono que hará im-posible, durante mucho tiempo, su reanudación. </div><div style="text-align: justify;">(...) Dos cosas han provocado nuestra decepción en esta guerra: la escasa mo-ralidad exterior de los Estados, que interiormente adoptan el continente de guardianes de las normas morales, y la brutalidad en la conducta de los indivi-duos, de los que no se había esperado tal cosa como copartícipes de la más elevada civilización humana.</div><div style="text-align: justify;">(...) En realidad, tales hombres no han caído tan bajo como nos temíamos, por-que tampoco se habían elevado tanto como nos figurábamos. El hecho de que los pueblos y los Estados infringieran, unos para con otros, las limitaciones mo-rales, ha sido para los hombres un estímulo comprensible a sustraerse algún tiempo al agobio de la civilización y permitir una satisfacción pasajera a sus instintos retenidos. Y con ello no perdieron, probablemente, su moralidad relati-va dentro de su colectividad nacional.” </div><br /><div style="text-align: justify;">Un siglo después, Eros y Tanathos siguen urdiendo a la sombra el tejido del que están hechas nuestras acciones. Ante este particular objeto de estudio no valen las estadísticas ni los métodos convencionales de los que se sirven otras ciencias. Y esto es así, porque el ser humano no está formado por aconteci-mientos objetivos susceptibles de una ley física. Ante su ser complejo y desga-rrado, el propio investigador está comprometido, pues nadie escapa a su histo-ria, ni aún cuando cree estar actuando bajo la objetividad científica. De este modo, se impone otra metodología de acercamiento al complejo mundo de re-laciones, que tenga en cuenta la existencia de impulsos, deseos y motivos no siempre explícitos entre los hombres.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div>Sergio Hinojosa Aguayo<br /></aquí></div></div>Sergio Hinojosahttp://www.blogger.com/profile/04210146939148525865noreply@blogger.com0